07 febrero 2008

Desiderata


Me acosté pensando sólo en ti y sentí que algo me acompaña, algo que no saldrá jamás de mi, aunque mudo aunque ciego despertara. No, no puedo entenderte más. Vacías mis respuestas, torpes mis pensamientos, erratas en las letras, ¡qué sé yo! ¡Cuánto lo siento! Pero llegaste igual que te has marchado, de una forma natural y desganada, apreciando el encanto de lo nuevo pero aportando sólamente cosas raras. Inútil por mi parte el entenderlo, inútil el saber qué tú preparas, inútil repetir cuánto te quiero, porque inútil es hablarte del mañana.
Para mí todo esto se ha acabado, tu soledad me aleja de tu calma, se impone el vivir de los recuerdos, del amor que le tienes, de todo lo que callas...
De nuevo el amor llamó a mi puerta, y tal vez, sólo tal vez, no vuelva a alejarse de mi cama, donde buscaba yo el calor que aún no existe, donde buscaba yo unos besos que me amaran.

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