Ni un minuto más...
Llegará la persona a la que le importe que lo primero en lo que piensas cuando te levantas sea lo mismo que lo último en lo que piensas cuando te acuestas. Y que se sentirá la persona más feliz del mundo si ese pensamiento tiene su nombre.
Y que se preocupe por ti y tus inquietudes, por tus sueños y por compartirlos contigo.
Que te hable y no te de miedo a responderle con la mirada y que te sorprenda cuando menos te esperes.
Alguien a quien llamarás cuando te apetezca porque tampoco tendrás miedo de que no responda.
Quien no le dará tantas vueltas a las decisiones que tienen que ver con verte o no verte porque siempre irán en una única dirección que será donde estés tu.
Llegará esa persona que te abrazará cada día como si nunca más pudiera abrazarte y que te dirá cada vez que se aleje lo que te diría si no pudiera verte más.
No te hará sentirte ni gilipollas ni frustrado como si le mendigaras su atención.
Llegará porque aún no ha llegado. Y ya es hora de poner tierra de por medio y de dejar de engañarte a ti mismo con las migajas que te deja rebañar esa que no merece tener cabida en tus pensamientos ni un minuto más.
Y deja de imaginarte que se acercará a ti para decirte que de todo lo listo que eres te equivocaste en una de las tres cosas que le dijiste, porque nunca tuviste nada que ver en sus dudas.
Si no lo haces tu, lo haré yo... aunque me cueste reunir la tierra de puñado en puñado como cuando trato de hacer una montaña de arena mojada que sujete la sombrilla en la playa.
Manos a la obra.

No hay comentarios:
Publicar un comentario