Sandra Rosa Santos agarró a su hijo y lo apartó con firmeza de la ventana una vez más. No podía permitir que su hijo Ernesto Francisco espiara a la hija de la familia. Sabía a ciencia cierta que éste estaba locamente enamorado de Olga Eva Rita, pero al fin y al cabo los Santos trabajaban desde hacía 3 años al servicio de los Del Valle y no pensaba tolerar tal comportamiento a bien de evitar males mayores. Ernesto Francisco insistía en que no volvería a suceder, pero su madre sabía que esas palabras no salían de su corazón y se esfumarían en el aire una vez más. Estar alojados en casa de los Del Valle significaba, entre otras cosas, que la relación con ellos debía ser lo más cordial y estricta posible. Y ahora había que empezar las tareas diarias antes de que los señores deambularan por la casa.
Nomralmente Olga Eva Rita era la primera en abandonar la casa por la mañana, aun cuando su hermana y padres todavía seguían en los brazos de Morfeo. Para entonces, Sandra Rosa y su hijo ya debían tener preparado el desayuno para el resto de la familia y salir al corral para echar un vistazo a los animales. Había que preparar comida para los caballos e ir a ordeñar alguna vaca, tareas que alternaban ambos día a día. Por la tarde tocaría encender el sistema de riego y revisar los cultivos para comprobar que todo estuviera en perfecto estado.
Ernesto Francisco y su madre Sandra Rosa vivían solos allí y no tenían familia cerca. Deberían ser siempre agradecidos por tener la oportunidad de trabajar en esa casa y así lo demostraban día a día, a pesar de que el chico era consecuente con sus instintos masculinos y su madre debía vigilar su actitud con las jovencitas de la casa.
Era viernes y, como de costumbre, cenarían juntos los Santos y los Del Valle. Los señores Del Valle tenian bien considerado al servicio y habían decidido hacía meses que los viernes cenarían con ellos. Hoy Sandra Rosa había preparado para todos un delicioso lechón al horno que acompañarían con unos sabrosos aguacates rellenos. De postre había preparado fruta fresca recubierta de chocolate.
Dieron las nueve de la noche y se sentaron todos a la mesa, dispuestos a cenar...
1 comentario:
en brazos de morfeo?
ordeñar alguna vaca?
aguacates rellenos?
me flipa
si si mas mas
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