08 noviembre 2005

La delgada línea negra

Estabas ahi, inquieta, tu, tranquila, mirandome a mi, inquieto, yo, tranquilo, sin luz, sin miedo, sin prisas. Parecías más bella que nunca, no te lo dije entonces, pero te lo digo ahora, quizás lo aprecié mejor por el hecho de estar a oscuras. Estábamos solos, no había nada de que preocuparse, se hizo el silencio y nuestros cuerpos deseosos, a partir de ese momento, se entregaban sin mesura al goce de amar.
Unas sábanas frías y un colchón retorcido que ni siquiera notamos. Nuestros cuerpos rozándose repetidamente, con una suavidad inusitada, extremadamente amables el uno con el otro, fundiéndose por momentos en una plácida y leve nube de calor. Sentía tu aliento acercarse y eso aceleraba todavía más mis instintos primarios. De repente, tus labios dulces, tiernos, cálidos y húmedos recorrían mi cuerpo, exploraban de arriba a abajo cada rincón de mi ser , mi cuello, mis hombros, mi espalda... esos labios acaramelados y ansiosos a la vez que parecían deterretíse por momentos. Mis manos te descubrían también poco a poco, rozaban tus brazos, tus pechos, tu cuello, tu cara, se recreaban en cada recoveco.
Nos besamos, nos besamos más y nos fundimos en uno solo.
Nuestras piernas temblorosas disfrutaban de cada momento como si fuese el último, nuestras manos, ya perdidas , seguían el camino del placer. Nuestra respiración formaba una preciosa banda sonora totalmente hármonica que amenizaba el momento. El sudor de nuestros cuerpos resbalaba incesantemente impregnando las sábanas sin ningún tipo de escrúpulos. Nuestras almas se unían con una condescendencía absoluta entre ellas. Por momentos el ritmo se hacía incontrolable, provocando una sensación desmesurada de éxito, de pura convicción entre ambos, de movimientos simbióticos movidos por la impaciencia de dos jóvenes cuerpos que se deseaban cada vez más. Sentíamos la efervescencia de nuestra propia sangre y la humedad recorría nuestro espacio vital. Teníamos entonces la percepción de que en breves instantes ya no estaríamos allí.
Y así fue. Sobrepasamos la delgada línea negra y se produjo el big bang. Cientos de estrellas aparecieron de la nada para poblar nuestro firmamento, astros de todo tipo fluyeron en nuestra galaxia particular haciendonos , una vez más, partícipes del universo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

para que luego digas que los tangas no te ponen...

***

dicho así suena raro, verdad?
;-)

Anónimo dijo...

Quan reveles fotografies i fas una solarització apreix una delgada linia negra que es diu linia de makie ___________

ai, un dia em vas dir ju ca, i el ca? don surt?

Anónimo dijo...

i com el saps si jo no te l'he pas dit? u_U

Anónimo dijo...

quin pajarito?vaaaaa plicamo!!!! joo que si no, no podre dormir aquesta nit i dma nire a la feina sense haver dormit i sràs culpable de que tuthom hagi d'aguantar la meva cara de zombie i unes ulleres fins al terra? t'he convençut...? va e, pliiiis
eske no en tinc ni idea, coneixes algun pajarito kem coneix? aix..conec mols pajaritos, el món és plé de pajaritos, orenetes,pardals, corbs, cigoñes,pitroigs. . .
:(

Anónimo dijo...

Uiiiii, que tòrrid tot plegat! Seeeh! :P