IKEA

(NOTA: desgraciadamente no me llevo comisión por hacer publicidad en este post)

Abres ansioso la caja. Lo primero que haces es buscar el papel de las instrucciones mientras piensas que te va a dar un patatús como se hayan olvidado de meterlo dentro. Sacas todo de dentro de la caja. Las piezas, las grandes, las pequeñas, las de madera, las metálicas y la bolsita de los tornillos. Todo fuera de la caja. Instrucciones en mano, ya estás listo para ponerte en marcha. Tan simple que nos parece difícil. No se por qué endiablada razón nos gusta complicarnos la vida. Ojala todo fuera tan fácil como montar un mueble de IKEA. (Muchos se estaran tirando de los pelos pensando que no es nada fácil, pero tiempo al tiempo!).

Empiezas a montar hasta que todo va encajando según las instrucciones. Como nota adicional deberían indicar que las piezas no vienen justas, sino al contrario: siempre sobran algunas de ellas, tornillos y demás elementos, y aun así, ese mueble se monta y va a cumplir su función perfectamente.

Ya lo tienes y lo colocas en tu casa. Lo curioso del caso es que acabas comprando muebles que no tienes claro que vayan a encajar mucho con tu hogar, pero después de un tiempo te acostumbras a tenerlos delante y a convivir con ellos y te das cuenta que no fue tan mala idea su adquisición. Bueno, y eso sin tener en cuenta que muchas veces acabas comprando cosas de IKEA para llenar la casa, aunque no tienes nada claro que necesites más cosas...

Pues como decía, ojalá todo fuese tan fácil como montar un mueble de IKEA. De hecho, no tengo del todo claro que sea tan fácil, ni mucho menos que necesites algun mueble. Lo que si que tengo claro es una cosa: quiero redecorar tu vida.

P.D.: Enchuldigum (como diria uno que yo me se) por haberme zampado tus Maultaschen!!