Sueños de un hombre un poco idiota

He tirado mi móvil por la ventanilla del coche. En un arrebato de coraje y osadía, bajé el cristal mientras iba conduciendo y lancé con todas mis fuerzas el aparatejo hacía el otro carril asegurándome que, en caso de querer volver a recogerlo, los coches que venían en sentido contrario ya lo habrían machacado. No ha sido así. Hoy... hoy sólo lo soñé.

¿Cuántas veces te has pasado la tarde mirando la pantalla del maldito teléfono esperando ese mensaje? ¿Cuántas, te ha sonado en ese momento inesperado? ¿Cuántas veces te has sentido idiota esperando esa llamada? ¿Cuántas otras, en cambio, ha llegado ese mensaje que jamás hubieras deseado? Nos hemos vuelto dependientes, pero en lugar de depender de alguien que nos aprecia estamos dependiendo de un triste cacharro electrónico sin sentimientos. Y aunque los provoca, los sentimientos no afloran siempre cuando deberían, muchas veces se quedan sólo en los sueños... así que habrá que despertarlos de vez en cuando...

Y también soñé, en el café de la tarde, mientras simulaba perderme en un cielo que se tornaba gris, que girabas la esquina, abrías la puerta de la cafetería y te sentabas frente a mí. Y en tu silencio, buscabas una mirada que te ayudase a gritar un "te quiero" desesperado, un gesto que consolase el dolor de amar en silencio, una señal para mantener viva tu esperanza, mientras mi mirada esquiva sigue orgullosa su paso, fingiendo que no me importas, que no te deseo, que no es el miedo quien me paraliza los pies... El miedo a perderte aún sin tenerte, paradoja irónicamente dolorosa, pensé, mientras una extraña sonrisa me devolvía a la realidad...

Estarás ahí, donde sea, pero estarás, bajo el mismo cielo gris, quizá mojándote con las tímidas gotas que comienzan a caer, quizá al otro lado de un móvil, quizá asomada a tu ventana fingiendo pensar en mí...

Me pregunto si sabrás, en tu ausencia, en las largas tardes grises con amargo olor a café, todo aquello que te escribo, soñando tontamente que me buscarás, mientras me pregunto, solo y sin hallar respuesta, si en alguna de tus ausencias o de tus tontas tardes grises, me pensarás...