22 octubre 2005

Marinero

Ahora comprendo que en la vida hay que amar como en el mar hay que navegar.

No quisiera perder, no quisiera encallar. Sé que en este océano soplarán vientos más fuertes que nos pueden hacer naufragar o brisas tan suaves que simplemente nos empujaran hasta olvidar.

Un buen día me dijeron que tenía que ser marinero ¡y yo qué sabia de esas artes! pero luego me dí cuenta de que no había más remedio.

Navegué solo bastante tiempo aunque el mismo mar me impulsó a tocar algunos puertos.

Luego esto de los mares se convirtió en una constante, tanto que vi que mis pies empezaban a mojarse. Entonces reaccioné; y todas las noches subía a cubierta a buscar mejor suerte entre las estrellas.

Y tanto las observé que comencé a saber. A saber quién era yo, pero el mar seguía ancho y mi barco sin bandera hasta que un día encontré a mi compañera.

Ahora sigo surcando las mismas aguas pero aprendí a navegar.

Si algún día pierdo el horizonte, espero que tú frotes mi frente.

FOTO: Balcón de Europa (Nerja , Málaga - Marzo 2003)
NOTA: Si señores, ese trocito de playa/cala que se ve en la foto es donde habitualmente se hallaba el mismísimo Chanquete.

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